Dra. Leticia Soto Flores, ACTA
October 30, 2025

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El pasado 19 de septiembre tuve el honor de participar en el V Congreso Internacional sobre Violencias en las Migraciones, organizado por la Secretaría de Desarrollo Institucional de la UNAM, la ENES Morelia UNAM, el Proyecto Interdisciplinario de Interacción Social y Extensión Universitaria, el Center for Iberian and Latin American Music, El Colegio de Michoacán, y el Centro Cultural Morelia UNAM. Agradezco profundamente a la Dra. Xóchitl Chávez, profesora del Departamento de Música de la Universidad de California, Riverside, quien me invitó a participar en el panel que organizó, dedicado a reflexionar sobre las experiencias migratorias desde el arte y la práctica comunitaria. 

Mi ponencia, titulada “Somos de donde son nuestros padres: Polifonías migrantes desde el Valle de San Joaquín, California”, parte de una frase que escuché durante mi trabajo de campo en el Valle Central para el proyecto Sonidos de California en el Valle de San Joaquín: “somos de donde son nuestros padres”. La compartió una mujer mixteca cuyos padres nacieron en Oaxaca, aunque ella nació en Veracruz y hoy vive en Fresno.

En esas palabras se resumía una verdad profunda: la pertenencia no depende del lugar donde se nace, sino de los lazos familiares y culturales que se cultivan y se transmiten. Esa frase se convirtió en la brújula de mi investigación y en el hilo conductor de mi presentación.

Conjunto de arpa grande, Arpex, con sus instrumentos frente al campo de maíz. Foto: Cortesía del artista.
Conjunto de arpa grande, Arpex, con sus instrumentos frente al campo de maíz. Foto: Cortesía del artista.

El trabajo que compartí se centró en la historia del músico michoacano Miguel Prado y de su grupo Arpex, un conjunto de arpa grande que comenzó a formarse poco después de su llegada a California, alrededor del año 2000. Migró siendo muy joven, con el deseo de dedicarse por completo a la música, y pronto encontró en el Valle Central otros músicos michoacanos con el mismo anhelo de mantener viva su tradición. Así nació Arpex, entre jornadas de trabajo y ensayos, creciendo poco a poco hasta convertirse en un referente del arpa grande en el Valle de San Joaquín. A través del arpa grande —instrumento emblemático de su región de Coalcomán, Michoacán— ha mantenido viva una tradición que viaja, se adapta y sigue uniendo a su gente en California.

Miguel Prado playing the harp
Miguel Prado tocando al estilo del arpa grande en su hogar. Foto: Leticia Soto Flores/ACTA.

Su historia fue documentada dentro del proyecto Sounds of California: San Joaquin Valley (2024-2025), una iniciativa de la Alianza para las Artes Tradicionales de California (ACTA) en colaboración con Radio Bilingüe, que entre 2024 y 2025 registró las voces, canciones y testimonios de artistas migrantes en el corazón agrícola del estado. El proyecto incluyó grabaciones en festivales comunitarios, entrevistas y la comisión de diez canciones originales, entre ellas Ceros a la izquierda, compuesta por Miguel Prado.

En esta canción, Miguel convierte la experiencia del migrante indocumentado en poesía y en una afirmación de dignidad. Desde los primeros versos, reivindica la libertad de decidir y el orgullo de quien trabaja con empeño y humildad. Denuncia la desigualdad y la hipocresía que enfrentan los migrantes, y lo hace con una lucidez que atraviesa todo el tema: cuando el abuso ocurre en el trabajo, las leyes parecen invisibles; y cuando alguna ley le parece proteger, “en inglés pasa otra cosa”. Con ironía y claridad, Miguel evoca la sensación de vivir dentro de reglas que no fueron pensadas para quienes, con su trabajo, mantienen en marcha al país.

Miguel Prado, de niño, ya aprendiendo sobre el arpa grande. Foto: Cortesía del artista.

Miguel Prado con su familia en Michoacán. Foto: Cortesía del artista.

La canción también mira hacia adentro, invitando a la unidad y al respeto en la propia comunidad migrante. En su estribillo, “Aunque ceros a la izquierda, de que podemos, ¡podemos!”, convierte la exclusión en fuerza colectiva, recordando que incluso quienes son tratados como si no contaran, hacen posible la vida diaria de este país. Escucharla durante el congreso fue un momento profundamente conmovedor: una voz que transforma la experiencia migrante en conciencia, memoria y esperanza compartida.

Miguel Prado con su esposa, su hijo y sus padres. Foto: Cortesía del artista.

El poder del texto de la canción inspiró a la Dra. Irina Córdoba Ramírez, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, quien la mencionó en otro trabajo. Retomó Ceros a la izquierda en el conversatorio “La historia del presente y el presente en la historia”, realizado el 24 de septiembre de 2025 en la UNAM. Que esta pieza haya resonado más allá del congreso subraya la dimensión transnacional de este proyecto: las historias documentadas por ACTA en California dialogan con las reflexiones que, desde México, buscan comprender la migración y las formas en que la cultura crea vínculos entre comunidades a través de la música y la memoria. 

Participar en este encuentro académico nos permitió compartir no solo los resultados de una investigación, sino también el sentido profundo del trabajo que realizamos en ACTA: acompañar a las comunidades para que sus prácticas culturales sean escuchadas, reconocidas y valoradas. En un espacio de diálogo sobre historia y desplazamiento, la pieza de Miguel Prado con Arpex y el sonido del arpa grande recordaron que la música también puede ser un lugar de verdad, de pertenencia y de resiliencia.

grupo Arpex standing in front of a field with blue cloudy sky above them. There are six members standing and smiling at the camera.
Grupo Arpex en el campo, a la espera de iniciar una festividad comunitaria. Foto: Cortesía del artista.

El Valle Central de California, con su diversidad de sonoridades —sones mariacheros, pirekuas purépechas, chilenas oaxaqueñas y corridos norteños—, sigue siendo un territorio donde México y California se entrelazan. Las historias de artistas como Miguel Prado nos muestran que las tradiciones migrantes no son reliquias del pasado, sino prácticas vivas que sostienen la comunidad, la memoria y la esperanza.

Les invitamos a escuchar un breve adelanto de la canción Ceros a la izquierda, que formará parte del próximo álbum Canciones del San Joaquín, ¡disponible muy pronto!

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